Lujo mexicano: las seis marcas que debes conocer

Casa Dragones: un tequila de leyenda

El compromiso con la calidad, su carácter artesanal mexicano y el deseo de llevar el tequila más allá de los límites de la categoría en una industria por demás competida han sido los factores que han posicionado a Casa Dragones como una marca ultra premium en poco más de 10 años.

Cofundada en 2008 por Bertha González Nieves, quien también ocupa el puesto de CEO, la casa presentó su primera expresión, Casa Dragones Joven –una mezcla de tequila blanco con tequila extra añejo 100 por ciento de agave azul– en 2009. Casa Dragones Blanco, con un sabor fresco y suave ideal para disfrutarse en las rocas o en cocteles de autor, llegó al mercado en 2014; la más reciente adición a la familia fue Casa Dragones Barrel Blend, un tequila añejo madurado en barricas de roble francés y de roble americano, fue presentada en 2020.

La gran experiencia de González Nieves en el sector de los destilados, le permitió crear un universo caracterizado por la innovación y por sus procesos de producción modernos y con un enfoque en la sostenibilidad, pues emplean menos agua, menos energía y generan menos desperdicios. Detalles como las botellas, elaboradas en cristal libre de plomo y grabadas individualmente, sus inconfundibles cajas azules, los servicios de personalización o la habilitación de espacios como la Casa Dragones, donde se pueden hacer recorridos para conocer la historia y el legado de la marca, o su Tasting Room, localizado en el interior de Dôce 18, ambos en San Miguel de Allende, son solo una muestra de la ambiciosa y elegante visión de la marca.

Xinú: la excentricidad de la naturaleza

Percibir un aroma agradable es una manera de estimular nuestra memoria sensorial y adentrarnos en universos a los que, en ocasiones, sería difícil acceder de otro modo. Xinú, la marca de perfumes fundada en 2016 por Verónica Alejandra Peña, busca sintetizar, a través de sus creaciones, la botánica aromática del continente americano y lo hace apoyándose en tres ejes fundamentales: documentar la riqueza y exhibir la inspiradora belleza de sus múltiples especies aromáticas; la pasión por el diseño y los procesos artesanales; y, por último, el compromiso con la sustentabilidad y el uso de las mejores materias primas.

Es así como las bayas de pirul, la vainilla de Papantla, el nardo mexicano, el cedro y el cempasúchil se vuelven protagonistas de perfumes contenidos en envases que evocan la escultura prehispánica abstracta, los mitos, las tradiciones y la geometría sagrada. Pensados para ser reutilizados, son elaborados en vidrio soplado –desarrollado en colaboración con Nouvel Studio– y maderas certificadas.

“Literalmente, Xinú puso sobre la mesa una propuesta osada que, sin titubeos, se expresó de manera diferente, tomando riesgos importantes y confiando en que un mensaje franco llegaba de manera más contundente si no se transmitía de manera tradicional”, explica Peña y añade, “esta postura ha servido para animar a otras marcas a tomar decisiones distintas a lo convencional, impulsando así su potencial”.

De este modo, visitar los espacios de la marca –en Ciudad de México, Mérida, San Miguel de Allende y Tulum– equivale a sumergirse en un universo íntimo que habla de exuberancia, misterio y diversidad a través de sus perfumes y velas.

TANE: con letras de plata

Sergio y Natalia Leites, dos inmigrantes franceses que llegaron a México huyendo de la Segunda Guerra Mundial, establecieron en 1942 una boutique de productos de piel en la Zona Rosa de la Ciudad de México. Con la intención de dar un toque único a sus diseños comenzaron a trabajar con orfebres locales, a quienes encargaban los detalles de plata de sus bolsas y accesorios.

Una década más tarde, en 1953, convencidos del potencial de la joyería de plata, comienzan a producir piezas inspiradas principalmente por el arte precolombino y hacia principios de los años 60, tomando como referencia las tradicionales peleas de gallos, dan a conocer los famosos Gallos TANE –piezas realizadas a mano en plata, vermeil de oro amarillo y vermeil de oro rosa con ojos de rubíes– que se han convertido en uno de sus emblemas hasta el día de hoy. En 1974, el hijo de los fundadores, Pedro Leites, impulsó el desarrollo de piezas de arte objeto en colaboración con importantes figuras del mundo del diseño y la plástica como Mathias Goeritz, Leonora Carrington, Luis Barragán, Juan Soriano y Francisco Toledo, entre otros.

“TANE es uno de los grandes representantes del mundo del lujo en el país, tanto en joyería como en piezas de arte. A lo largo de su existencia ha logrado dominar con maestría el lenguaje de la plata con estándares de calidad internacional”, asegura Rocío Bilbao, directora de marketing de la casa. De este modo, el lanzamiento de colecciones recientes como las llamadas Animales y Bordados, son una preparación para celebrar su 80 aniversario y una muestra de su compromiso para enaltecer la riqueza natural y cultural de nuestro país.