Golpe al grupo que perpetró un atraco con rehenes en un banco de Murcia

ALICIA NEGRE

Tres meses después, la Policía Nacional ha logrado poner nombre a dos de los tres atracadores que el pasado octubre sembraron el pánico en una oficina bancaria ubicada en la avenida Juan Carlos I de Murcia. Este cuerpo ha detenido a cinco presuntos miembros de la banda que, armada con pistolas, asaltó esta sucursal y, tras maniatar con bridas a seis empleados y cuatro clientes y encerrarlos en un cuarto, huyeron con un botín de hasta 344.335 euros. Dos de los asaltantes de la oficina de Murcia ya han ingresado en prisión provisional y los investigadores tratan ahora de detener al tercer implicado en el atraco, un sexto miembro del grupo.

Tras este golpe, que sorprendió por la serenidad de sus ejecutantes, se encontraba un grupo originario de Italia –concretamente de Nápoles– con vínculos familiares y especializado en los grandes atracos a bancos, tal y como explicaron fuentes del cuerpo. Gracias a sus golpes –principalmente al de Murcia–, sus miembros habían alcanzado un elevado tren de vida que les permitía disfrutar asiduamente de restaurantes caros, de hoteles opulentos y del alquiler de chalés de lujo en la costa española por hasta 2.000 euros al mes.

Los cinco detenidos –tres de ellos arrestados en Cartagena y los otros dos en Barcelona y Orihuela– arrastran una retahíla de antecedentes por otros atracos y robos en España, Italia y Bélgica. Además, uno de ellos –supuestamente implicado en el atraco de Murcia– utilizaba documentación italiana falsificada.

Gracias a los canales de cooperación policial internacional, los agentes comprobaron su verdadera identidad y averiguaron que se trataba de un persona con antecedentes en Italia desde finales de los años 70. Además, explicaron las fuentes, se encontraba buscado en ese país por homicidio, robo, tenencia ilícita de armas, lesiones o secuestro. Este individuo había sido condenado por la justicia italiana a 14 años de prisión en relación con los delitos de robo, secuestro y asociación para delinquir.

Un intento anterior

Golpe al grupo que perpetró un atraco con rehenes en un banco de Murcia

El golpe al banco de Murcia fue el pistoletazo de salida de una operación que ha mantenido muy ocupada a la Policía Nacional en los últimos meses. Los investigadores se percataron rápidamente de que el atraco con rehenes en Juan Carlos I guardaba un gran parecido con otro perpetrado un mes antes en Alicante. En esa ocasión, dos hombres entraron con pistolas a una oficina bancaria pero no pudieron consumar el atraco por la resistencia que empleados y clientes opusieron, logrando detener a uno de los autores.

Analizadas las cámaras de seguridad de la entidad durante el atraco de Murcia, así como las declaraciones de testigos y víctimas, los agentes comprobaron que hablaban español con acento extranjero. La Policía destaca, asimismo, que mostraban «una actitud serena» y que lograban «controlar a todas las personas del interior del banco con aparente facilidad en un tiempo reducido». La red actuaba perfectamente coordinada, demostrando alta profesionalidad y gran experiencia, según las fuentes.

Con esos datos, la Policía no tardó en vincular un golpe con otro y ambos con un grupo de atracadores de origen italiano. La banda se mudaba cada dos por tres de ciudad, asentándose en diversos domicilios de la costa catalana, Alicante, Murcia y Málaga. A principios de diciembre, los agentes localizaron a parte de los miembros del clan familiar en un hotel de Marbella. Junto a ellos, explicaron las fuentes, estaba un hombre que guardaba gran parecido físico con uno de los tres autores del atraco de Murcia. Las pesquisas destaparon que era uno de los hijos del atracador detenido en el golpe en Alicante. Más tarde, los investigados abandonaron Orihuela para asentarse durante el periodo navideño en otro chalé, esta vez en una urbanización de Marbella.

Pasadas las navidades, y tras regresar el grupo a Orihuela, la Policía decidió explotar la operación. La cosa corría prisa porque, a mediados de enero, los investigadores se dieron cuenta de que uno de los vehículos alquilados por la red inició un viaje hacia Barcelona. Una de las mujeres del clan intentó embarcar en el puerto de la Ciudad Condal pero no pudo hacerlo por no tener la necesaria prueba negativa de Covid, alojándose en un hotel de la zona. Ante la posibilidad de que esta mujer abandonara el país las actuaciones se precipitaron.

Los agentes registraron viviendas en Orihuela, Barcelona y Marbella en las que intervinieron numerosa ropa y otros accesorios utilizados en la comisión de los atracos – gafas, gorras, bolsos o guantes–, documentación falsificada, y más de 49.000 euros en billetes de 50 y 100 euros. Concretamente, en el domicilio de Orihuela se localizaron 47.000 euros en un canapé cerrado con llave, dentro de una bolsa de basura, en paquetes de 100 billetes, tal y como estaban organizados en el banco donde los sustrajeron. Era, al parecer, la parte del botín de Murcia que aún no se habían fundido.

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