cultura
Paula, Yolanda y Nadia sacan adelante desde sus pueblos proyectos personales enmarcados en la nueva plataforma Mujeres Artistas Rurales (MAR)
Dentro de la plataforma de Mujeres Artistas Rurales (MAR, mujeresartistasrurales.es) creada en Aragón el pasado invierno hay afiliadas de todas las edades y procedencias. El único requisito para entrar en ella es residir formalmente en Aragón y tener más de 18 años. El campo de expresión artístico y/o artesano es tan vasto como el número de actividades que pueden enmarcarse bajo este paraguas conceptual. El denominador común a todas ellas, más allá de su nivel de profesionalización, se reparte entre el talento y y la ilusión.
Nadia Pastor Torrens vive en Los Ramones, pedanía de Olba (Teruel) y tiene 34 años de edad. “Vivía en Barcelona, pero en Olba tengo raíces familiares y casa. La ciudad es una jungla de extrema competencia; no me parecía el mejor lugar para desarrollarme a nivel artístico, no quería entrar en esa dinámica. Decidí venirme al pueblo e inicialmente me centré en trabajos relacionados con el monte y la naturaleza, pero la espalda se quejaba y entendí que era el momento de volcarme en lo que había estudiado, diseño gráfico. Sigo vinculada al trabajo en la naturaleza, hago mesas interpretativas de flora y fauna para rutas, señalizo senderos familiares para varios ayuntamientos, pero en el tema artesano suelo hacer cartelería, estampación de camisetas y monto puestos en mercadillos, encargos aparte. Saco un calendario anual con ilustraciones; el de 2022 lo presentaré en breve. Además, en Los Pertegaces, que también es parte de Olba, se ha acondicionado un local social para exposiciones y lo voy a estrenar. MAR es una gran idea y me encanta ser parte de ella. En Instagram estoy localizable como @ene_de_nadia, por cierto”.
Paula, una joya
Paula Jiménez Yera vive en Magallón, su pueblo, tiene 44 años y empezó a experimentar con la joyería hace 20 en una escuela privada de Zaragoza. “Trabajé un tiempo allá y luego cambié de sector, pero nunca abandoné la confección de joyas. Más tarde volví a estudiar Bellas Artes, en Teruel, y finalicé estudios en Valencia, donde actualicé mi formación en joyería adoptando un tono más contemporáneo. Volví a mi pueblo en 2019, y aquí estoy. Me muevo a través de mi web, paulayera.com, visito ferias y muevo mis creaciones a través de diferentes eventos y exposiciones, en dos líneas: una más comercial, con la plata como materia prima principal, y otra más artística, donde me atrevo con objetos encontrados, madera, vidrio y gemas, aplicando técnicas experimentales. La filosofía de MAR me enganchó desde el principio, ya conocía a algunas de las afiliadas y me encantaría abordar algún proyecto en común”.
Yolanda, atleta del vitral
Yolanda Badía es de Banastás, a seis kilómetros de Huesca, y ha cumplido los 50 en este 2021. Arte al margen, es una atleta de talla planetaria; fue campeona del mundo en 400 metros lisos de veteranas hace seis años. “Empecé hace 22 años a trabajar la vidriera emplomada, luego pasé a trabajos de restauración y sigo en las dos cosas. Abrí puerta en Huesca, en un local que se me quedó pequeño, y la verdad es que prefería el entorno rural. En Banastás mi padre fue panadero, y aquí siguen viviendo mis padres; hallé una casa vieja que pude reformar, y la cosa funcionó.
Yolanda renueva constantemente su amor al vitral. "Me he abierto a nuevas técnicas, y por demanda surgieron también cursos de restauración y elaboración para grupos muy diversos, que incluyen niños y discapacitados. Estoy instalando otro taller en Francia, una granja renovada junto a Bagneres de Luchon, y ando muy enganchada al vidrio con soplete actualmente. También me interesa el reciclaje, hago rosas y flores de nieve que han funcionado muy bien; ahora ando con un lucernario para una vivienda particular: Podéis ver lo que hago en vitraleshuesca.com, o en mi perfil de Instagram, @yolibadia”.