Doce experiencias para vivir la Ciudad Real más desconocida Los + Newsletter

El ingenioso hidalgo Don Quijote, su estrafalario corcel y su flamante escudero Sancho Panza han hecho de La Mancha un espacio icónico para dejar flotar la imaginación al ritmo de los sonidos producidos por las aspas de los molinos de Campo de Criptana, del paso de los jornaleros por los viñedos de Valdepeñas, del roce de las espigas de cebada en el Valle de Alcudia y del vuelo de las grullas por las Tablas de Daimiel.

Pero Ciudad Real no solo es el símbolo donde escritores, literatos y urbanitas que huyen de la ciudad encuentran la mejor inspiración por la serenidad que transmite la infinita llanura, sino que es una provincia para disfrutarla con los cinco sentidos, donde probar platos con estrella, observar el cosmos, bucear entre praderas acuáticas y bajar a las entrañas de la Tierra. El turismo se reinventa y aquí van 12 opciones:

Gastronomía con estrellas

En el corazón del Campo de Montiel, Torre de Juan Abad sabe lo que es tener un restaurante con estrella Michelín. José Antonio Medina, que abrió el restaurante El Coto de Quevedo en 2009 sabe lo que es recuperar la cocina manchega, la de la caza y los guisos de siempre, actualizada, pero “sin esferificaciones ni trampantojos”. Refleja muy bien la cultura de esta tierra, porque “es una cocina de sabor, sencilla y honesta”, explica el chef.

Degustar el buñuelo de gachas, el tartar de chorizo de cierva, la flor manchega rellena de pisto y el maki de cabrito ofrece al paladar un viaje por La Mancha. Su menú más emblemático, ‘Raíces’, y el nuevo, ‘Recuerdos y memoria’, incluyen la tradicional sopa de ajo, “que era una comida de pobres”, actualizada “con vieira, trufa y estragón. Todo no queda ahí, porque el bacalao, que era el único pescado que llegaba antes al interior, ahora está cocinado a baja temperatura y su piel se convierte en torrezno es sus platos.

La gastronomía no es la única alternativa que ofrece la localidad en la que vivió Francisco de Quevedo, que a unos kilómetros de Villanueva de los Infantes cuenta con una ermita templaria y un órgano histórico de 1763 que reúne cada año a organistas tan importantes como el de la catedral de Notre Dame en París. Comparte popularidad en la iglesia de los Olmos con un retablo del renacimiento, recién restaurado.

Ciudad Real capital a través de un paseo en globo

Descubrir Ciudad Real a través de una travesía en globo es la última propuesta de un sector turístico que sin duda no deja de sorprender en la capital. Desde hace apenas dos semanas, la empresa Ciudad Real en Globo ofrece la posibilidad de sobrevolar el término municipal junto a un guía turístico oficial. Y avisa, “el globo aerostático, no da vértigo ni mareo”.

Si lo que genera huellas imborrables en el visitante son las experiencias, no hay mejor forma de descubrir la Villa Real fundada por Alfonso X el Sabio en 1255 que de esta forma. Una forma muy diferente de divisar el trazado de la antigua muralla, que llegó a tener 130 torres y 8 puertas, de la que todavía sobrevive la Puerta de Toledo, aparte de la catedral del Prado, el parque de Gasset, el Palacio de la Diputación o el Ayuntamiento, construido por el arquitecto Fernando de Higueras en 1976.

Además, los pasajeros del vuelo, que participan en el proceso de extender el globo y llenarlo de aire con os calentadores de propano, y que cuentan con aperitivo, bebidas, reportaje fotográfico y brindis con champán incluido, sobrevuelan el parque arqueológico de Alarcos y el ‘Mirador de los maares’ de Poblete.

Viaje a la Edad de Bronce en la Motilla del Azuer

Los viajes son en el presente, pero también pueden ser al pasado sin necesidad del teletransporte. Dispuesta a romper los límites del tiempo, la Motilla del Azuer de Daimiel vuelve a la historia vivida hace más de 4.000 años. Es el yacimiento más representativo de la Edad de Bronce de Castilla-La Mancha y cuenta con la estructura hidráulica más antigua de España hasta ahora documentada.

Erigida con piedra caliza y barro arcilloso, la Motilla del Azuer es un nudo de recovecos y espacios angostos. Su estructura laberíntica, sus anillos concéntricos, su monumentalidad, perspectiva y complejidad técnica sorprenden a cualquiera. Apenas se divisa en el horizonte, pero desde la torre hasta el punto más profundo del pozo localizado en su núcleo tiene 25 metros de profundidad.

La cultura de las motillas habla de poblaciones creadas en torno al agua, como fuente de riqueza. En la Motilla del Azuer llegaron a vivir 120 personas, que cultivaron tierras, estabularon animales, guardaron víveres en despensas y cocinaron en hornos. Lo mejor de todo es su estado de conservación y la rehabilitación llevada a cabo: letras y fotografías no son suficientes para explicar cómo es y las sensaciones que transmite.

Caminar entre humedales en Alcázar de San Juan

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En primavera y verano, Ciudad real asiste a uno de los flujos migratorios de aves más importantes que existen en el mundo, y aunque el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es el punto de referencia para los amantes de la ornitología, lo cierto es que en toda la Mancha Húmeda existen lugares para la observación. Uno de los menos conocidos es el complejo lagunar de Alcázar de San Juan, protegido como Reserva de la Biosfera.

La malvasía cabeciblanca, de pico azul, cola levantada y que está en peligro de extinción, surca las aguas. Además, en el último censo de aves acuáticas se detectaron dos cercetas pardillas, con 2 y 6 pollos respectivamente. El Ministerio de Transición Ecológica felicitó el año pasado al Ayuntamiento por crear las condiciones idóneas para la reproducción de una especie en situación crítica.

El paisaje es prácticamente plano con ligeras ondulaciones, hay conjuntos de carrizales y juncales, y en el entorno predomina el cereal. Es un perfecto lugar de cría, de paso o invernada, al igual que otras lagunas del entorno como La Inesperada de Pozuelo de Calatrava y el embalse del Vicario en Peralvillo, donde es posible divisar cigüeñuelas, azulones, fochas, moritos e infinidad de flamencos.

Joyas del arte en Valdepeñas

Nada más entrar a la primera planta la obra ‘Desnudo en la playa’ del pintor Antonio López, con trazo lento a lápiz, cielo de toques surrealistas y aura de ensoñación, saluda al visitante del Museo Municipal de Valdepeñas. Laura Alcaide, técnica de la Oficina de Turismo, destaca que aquí está “la colección más importante de Castilla-La Mancha y, yo diría, de gran parte de España de arte contemporáneo”.

La colección de arte contemporáneo de Valdepeñas, con 900 obras en pintura y escultura, da buena muestra de la evolución de las artes a lo largo de los siglos XX y XXI. Retroalimentada por las obras premiadas del Certamen Internacional de Obras Plásticas que ha organizado el Ayuntamiento de manera ininterrumpida desde 1940 y que hoy tiene carácter internacional, contiene obras de artistas tan importantes como Pancho Cossío, Gloria Merino, Venancio Blanco, Amaya Bozal y Agustín Úbeda.

Alrededor de 90 pinturas en exposición crean “un conjunto ecléctico de personalidades, estilos, técnicas y materiales”, que camina desde la figuración al realismo puro y la abstracción. No es el único atractivo de esta ciudad conocida por el yacimiento del Cerro de las Cabezas, que pronto será declarado parque arqueológico, aparte del Museo del Vino y el Museo de Gregorio Prieto, que en breve abrirá de nuevo sus puertas.

En las profundidades de las minas de Almadén

Cuando bajas por el ascensor del pozo de San Teodoro hasta la primera galería de las minas de Almadén a 50 metros de profundidad, los fantasmas de los forzados empiezan a desfilar, suenan los golpes en la piedra y ruedan los vagones cargados del cinabrio necesario para obtener el mercurio, el único metal que permanece líquido a temperatura ambiente.

El Parque Minero de Almadén, reconocido Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es “herencia viva de los 2.000 años de explotación del mercurio”. Aquí se extrajeron 250.000 toneladas de mercurio hasta el cierre de las minas en 2003, lo que supone una tercera parte de lo que ha consumido todo el mundo.

La visita al Parque Minero permite andar por las galerías Caña de Santa Teresa, Caña Gitana, el pozo de San Joaquín y contemplar el baritel de San Andrés. También es posible ver el túnel que conectaba con la mina desde la Real Cárcel de Forzados, pues en este entramado de pozos y galerías iban a parar delincuentes, ladrones y bandoleros, que extraían el mercurio que se transportaba en barco hasta las colonias de América para obtener el oro y la plata con el método de patio o amalgamación.

Campos calatravos y montes desde las alturas en Piedrabuena

En esta tierra de extensas llanuras y volcanes, los miradores son lugares únicos donde observar las deformaciones del paisaje, y puestos a buscar contrastes el castillo de Miraflores de Piedrabuena ofrece una de las vistas más interesantes de la provincia. Allí es donde se engarzan los campos de cereal calatravos con los montes de retamas, encinas, alcornoques y castaños, y un cultivo más, el olivo.

Construido en torno a los siglos IX y X, el castillo de Miraflores es una fortaleza de origen islámico que perteneció al Califato de Córdoba, durante los omeyas, y se incorporó a la Orden de Calatrava en 1212 tras la batalla de Las Navas, aunque pronto pusieron el ojo en los terrenos de la actual población, donde erigieron un nuevo castillo, el de Mortara, con sus muros de piedra basáltica.

Bajo la torre de 17 metros que resiste en la montaña, el observador que mira a la derecha contempla la cuenca del río Bullaque, tan conocido por su Tabla de la Yedra como zona de pesca y de baño, y el que mira a la izquierdave el volcán de la Arzollosa, que creó las mayores coladas de lava que existen en todo el Campo de Calatrava hace 4 millones de años. Éste forma parte del proyecto de ‘Geoparque Volcanes de Calatrava’, que incluye 350 volcanes en una superficie de 5.000 metros cuadrados.

Cabañeros entre las estrellas del firmamento

Con las estrellas también tienen que ver las rutas de naturaleza, astronomía y mitología de la empresa Las 7 Cabrillas en el Parque Nacional de Cabañeros y su entorno, aunque en este caso del firmamento. Mónica Fernández, licenciada en ciencias ambientales y monitora con certificado Starlight, combina rutas senderistas guiadas con la observación del cielo con telescopio durante todo el año.

A través de la ruta de la Plaza de los Moros en Horcajo de los Montes, Mónica Fernández realiza un viaje “al origen del Sistema Solar, el paisaje y las plantas con la fotosíntesis”. A través de la ruta del Boquerón del Estena, en Navas de Estena, que recorre las huellas fósiles de gusanos gigantes marinos, cuenta “el origen de la Tierra y los primeros animales que la habitaron”.

Cuando la noche cae el protagonista es Orión. La leyenda cuenta que era “un gigante tan grande que era capaz de andar por los océanos y tenía mucha furia por un desamor”, por eso se le relaciona “con el frío y las tempestades”. Su constelación es la que ilumina el cielo en estas fechas, cuando también brilla el Hexágono de Invierno, y qué mejor forma de contemplarlo que desde el hogar del ciervo y el jabalí.

La vanguardia de Manuel Piña a través del museo de Manzanares

Vanguardia y transgresión es lo que es el Museo de Manuel Piña en Manzanares, que si bien estas Navidades salió en la mayoría de los telediarios hasta hace bien poco era un desconocido. La culpable de su recién estrenada fama fue Cristina Pedroche, que lució en las Campanadas 2022 de Antena 3 uno de los trajes de la última colección que presentó el diseñador manzanareño en 1991.

El desfile de los insectos y de los reptiles, ‘La metamorfosis’ de Manuel Piña, incluye piezas que recuerdan a abejas, mariposas o a escarabajos, en una explosión de formas, color y texturas. Eso sí, la presentadora de televisión no fue la única famosa que ha lucido estos diseños, pues lo hizo antes la modelo Celia Forner y la diseñadora Paola Dominguín, hermana de Miguel Bosé.

Vestidos, botas, chaquetas, faldas y joyería forman parte de una extensa colección, de varios centenares de piezas, que muestra la evolución creativa del diseñador, incluida su primera colección prêt à porter presentada en 1979 en el Teatre Liceu de Barcelona y la estrenada tres años después en una caseta del circo de la Ciudad de los Muchachos en Madrid. Modelos como Helena Barquilla y Lola Sordo, aparte de actrices como Bibiana Fernández, Carmen Maura y Loles de León fueron sus musas.

Buceo entre praderas de algas en las Lagunas de Ruidera

Quince lagunas forman el oasis natural de agua y vegetación más impresionante que tiene La Mancha en Ruidera. Cascadas, espinos, torrentes, nutrias, barreras tobáceas y carpas atraen cada año a miles y miles de visitantes a la frontera entre Ciudad Real y Albacete fascinados por sus amplias zonas de baño, el senderismo, el cicloturismo y las rutas en piragua. Aquí, “el deporte es una excusa para ver las lagunas”.

Pero en los últimos meses, una nueva actividad se ha convertido en un imán: el buceo. José Luis López, director de Ruidera Activa, destaca que “las Lagunas de Ruidera son un centro de buceo de interior, el único de la Península Ibérica”. Lo cierto es que, las lagunas “son un cúmulo de casualidades: aguas cristalinas, un ecosistema que permite bucear y una profundidad suficiente”.

Para las personas que saben bucear es “un destino muy original”, pues el buceo normalmente es en el mar, y para los que se quieren iniciar con un ‘bautismo de buceo’ son “muy recomendables porque las aguas son tranquilas”. Buceadores españoles, portugueses, franceses y hasta rusos se sumergen a más de 15 metros de profundidad entre praderas de carófitos, una especie de algas evolucionadas, que construyen “un ecosistema único en la Tierra”. En marzo empieza la temporada normal.

La pisada de la uva desde Encomienda de Cervera Almagro

La plaza Mayor de Almagro, con sus soportales y galerías acristaladas en verde, forma parte de los símbolos turísticos de Ciudad Real. Allí está la cuna del teatro del Siglo de Oro con el famoso Corral de Comedias del siglo XVII, “el único que permanece activo tal y como era hace casi 400 años”, y allí acuden cada año teatreros de todo el mundo para participar en el Festival de Teatro Clásico.

Pero este pueblo conocido por su casco histórico encalado, sus casas solariegas y suelo de canto rodado, y por el Palacio de los Condes de Valdeparaíso, el de los Medrano y el de los Oviedo, ha sumado nuevas experiencias, que nacen del amor por la tierra y sus frutos. Es el caso de las visitas guiadas que ofrece la finca Encomienda de Cervera, dedicada a la producción de vinos y aceites de oliva virgen extra.

Orientadas a niños y adultos, las actividades de ‘oleoturismo’ o ‘enoturismo’ incluyen la visita a la almazara y a la bodega, desde la sala de las barricas hasta la bodega de tinajas de hormigón de 1927. Los participantes aprenden la elaboración de los productos más queridos de esta tierra y los prueban. Incluso, pueden pisar la uva por el método tradicional en barreños de madera.

Descubrir Sierra Madrona tras pasar el túnel de Minas del Horcajo

Con 19.813 kilómetros de extensión y surcada por las principales vías trashumantes del país, las opciones para los amantes del turismo rural y de naturaleza en Ciudad Real son infinitas. Los senderistas y cicloturistas que se pierden en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona quedan maravillados en Minas del Horcajo, la pedanía de Almodóvar del Campo que es famosa por su pasado minero.

Solamente por atravesar el misterioso túnel bajo la montaña que lleva a la población, excavado en la roca y de un kilómetro de profundidad, merece la pena conocerla. El visitante que entra deja atrás un camino de arena que surca un valle salpicado de encinas y sale a un pueblecito de montaña, rodeado de extensos bosques de pinos, donde también hay helechos, cedros y quejigos.

Las ruinas de los antiguos pozos motean el paisaje, que refleja la decadencia de un pueblo que vivió una época de esplendor ligada a la extracción de la plata. Llegó a tener 4.500 habitantes antes del cierre de las minas a principios del siglo XX. En la actualidad, siete vecinos mantienen vivo este pueblo de paredes y tejados hundidos, con merendero, donde todavía sobrevive un viaducto de piedra dentro de los terrenos que pertenecen a la finca La Garganta.