Ir al psicólogo, un lujo en España: "Me dejaba 240 euros al mes porque en la Seguridad Social no me atendían"

Carolina había estado posponiendo la decisión durante meses, hasta que un día no pudo más. "Fue en 2019 cuando me di cuenta de que tenía que hacer algo para salir del pozo en el que estaba. Me costaba salir de la cama e ir a trabajar, pero tenía que hacerlo para poder pagar las facturas". Su calvario empezó dos años antes por culpa de una relación tóxica. "Me consumía por dentro. Lloraba todos los días. Ahora lo pienso y no entiendo cómo aguanté tanto tiempo sin ir al psicólogo". En febrero, Carolina, que en realidad no es Carolina sino un nombre ficticio para preservar su identidad, se armó de valor, levantó el teléfono y pidió cita con su médico de cabecera. Era el primer paso para que la derivaran con el especialista de la Seguridad Social.

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"Lo peor de aquello fue que no me creyó. Menospreció lo que me pasaba", explica esta madrileña de 32 años a 20minutos, coincidiendo con la celebración este jueves del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, la principal causa de discapacidad, según la ONU. De aquella consulta salió con la autoestima aún más mermada y sin la baja que tanto necesitaba: "Me sentí como una inútil, como que no podía solucionar mis problemas, pero la tristeza me sobrepasaba como un tsunami todos los días, sentía que no podía seguir con mi vida".

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Ante tal desamparo, Carolina decidió acudir a un psicólogo privado, quien le redactó un informe en el que solicitaba al médico de cabecera una baja inmediata. "Volví y con ese documento me la dio. También me derivó al psicólogo, el problema es que me daban cita para seis meses después. ¡Seis meses! Aún hoy no lo entiendo".

Como la posibilidad de esperar tanto tiempo no la contemplaba, la joven decidió seguir su terapia en una consulta privada. Pero, claro, esas sesiones se pagan… y no son baratas. "Me dejaba 240 euros al mes [una sesión le costaba 60 euros e iba una vez a la semana] porque por el otro lado no me atendían", cuenta indignada. "Por suerte, pude pagarlo, aunque tuve que hacer esfuerzos. No me arrepiento porque gracias a la terapia salí de aquel infierno, pero imagino que mucha gente no se lo podrá pagar como hice yo. Y a día de hoy, que mi situación ha cambiado, no podría permitírmelo de nuevo".

El caso de Carolina no es único. El 10,8% de los españoles han sido diagnosticados con algún problema de salud mental. Este dato, sin embargo, está desfasado porque se desprende de un informe del Ministerio de Sanidad del año 2017, el último oficial. Es decir, no tiene en cuenta el impacto de la pandemia que, según varios estudios, ha agravado problemas como la ansiedad o la depresión. Uno de los más recientes, realizado por la aseguradora especializada en salud Aegon, apunta que el 36,6% de la población considera que su estado emocional ha empeorado en el último año, en un contexto en el que el 20,6% presenta síntomas compatibles con un posible caso de depresión "o, al menos, sintomatología depresiva moderada". El hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, por ejemplo, atendió un 47% más de urgencias de salud mental en el primer trimestre del año respecto al mismo periodo del año anterior.

Un sistema "insuficiente" que afecta a los más vulnerables

La realidad de Carolina, que también es la de miles de personas en España, la denuncia a su vez Fernando Chacón, vicepresidente del Colegio General de Psicología, en conversación telefónica con este diario: "La atención psicológica en el Sistema Nacional de Salud es claramente insuficiente. La ratio en la OCDE es de 18 psicólogos clínicos, mientras que en España la media se queda por debajo de 6". Esos datos se traducen, según Chacón, en altas listas de espera. "Es de cuatro o cinco meses en primeras consultas y el periodo de entrevistas es de dos o tres meses porque están saturados".

"se llega demasiado tarde"

Lo mismo ocurre con el caso de los psiquiatras. La media española por habitante es de 11 por cada 100.000, cuando en la UE se sitúa en 18. Así se expuso en la jornada Depresión y suicidio en España, organizada por la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios (Fundamed), que contó con el apoyo de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), y la colaboración de Janssen. En ese encuentro, el doctor Celso Arango, presidente de la SEP, señaló que la media está igualmente por debajo en enfermeras de salud mental, por lo que urgió una inversión en recursos humanos dentro de la atención que se presta a estas patologías en la sanidad pública.

Este periódico se ha puesto en contacto con las Consejerías de Sanidad de todas las comunidades autónomas, pero solo Andalucía ofrece el dato: el tiempo medio de demora era de 60 días, es decir, dos meses, en diciembre de 2021. Esa cifra, sin embargo, se puede encontrar en las webs de otras siete autonomías, como Madrid, donde se sitúa en 36,28 días. Le siguen Galicia (32,6), Navarra (31), Murcia (28,8), Castilla y León (27), Castilla La Mancha (22,7) y La Rioja (13).

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En Baleares, tal y como detalló el coordinador del área de salud mental a 20minutos, la lista de espera era de 41 días antes de la pandemia. Desde entonces, han conseguido dar prioridad a los trastornos mentales graves, aunque admiten que la demora "ha aumentado" en los leves. En otras como Aragón la especialidad de psiquiatría ni figura en la lista de espera de las consultas externas, mientras que Canarias ofrece el dato en números absolutos: 2.796 pacientes esperaban a ser atendidos en junio.

Esa situación es la que impulsa, precisamente, a muchos pacientes a las consultas privadas, porque esperar varios meses cuando la depresión arrolla con fuerza no es una opción. Pero no todo el mundo se lo puede permitir. "El sistema no solo es insuficiente, no es equitativo porque los grupos más afectados, los que tienen menos recursos económicos, sufren más estrés, más tensión, son los que más trastornos tienen y son los únicos que no se lo pueden pagar", detalla Chacón. "Ahora mismo, si no es por la pública, un ciudadano tiene dos opciones: o bien contratar un seguro privado o pagar una media de 60 euros la sesión por el psicólogo privado. Eso significa que te va a costar más de 200 euros al mes sobre todo al principio porque lo normal es que sea un tratamiento semanal. Es absolutamente insuficiente".

Seguros privados, la opción b

Adeslas, Mapfre, Sanitas… Todos los seguros privados de salud tienen cobertura psicológica, aunque el funcionamiento varía de unos a otros y las consultas tienen peculiaridades. Para empezar, muchos cuentan con un periodo de carencia, normalmente de seis meses, que blinda ciertas especialidades, como es el caso de la psicología. Además, no todas las sesiones son gratuitas. En Adeslas, por ejemplo, los pacientes disponen de 20 anuales sin coste... de 20 minutos cada una. Si se trata de trastornos alimenticios, el tiempo aumenta a 40 minutos.

Carolina, por ejemplo, se pudo beneficiar de ese servicio, pero solo durante un breve periodo de tiempo. "Como duran 20 minutos tenía que juntarlas para hacer una sesión decente", explica esta joven madrileña, que admite habérselas "ventilado" enseguida. Ella llegó a fusionar tres para hacer sesiones de una hora o dos para llegar a los 40 minutos (el mínimo recomendado). "Me apañó un tiempo, pero si necesitas ir semanalmente no es la solución".

Vanesa Pérez, psicóloga y a la vez paciente, coincide con ella. "Yo tengo un seguro de salud privado y lo he estado utilizando pero eran consultas más breves de lo que deberían ser. Duraban entre 20 minutos y media hora. Si sigues una terapia de larga duración no te sirve demasiado", reflexiona. Ante esa circunstancia y los obstáculos para acceder al Sistema Nacional de Salud, esta mujer recurrió a un psicólogo privado. "Yo pude pagármelo pero no todo el mundo se lo puede permitir. He hablado con muchos pacientes crónicos que no pueden. El gasto que tiene un paciente crónico o una familia con un miembro con discapacidad es enorme. Se multiplica o triplica por el de cualquier otra", denuncia.

Por eso, Fernando Chacón, vicepresidente del Colegio General de Psicólogos, pide que se aumenten los recursos humanos en España para dar solución a un sistema "deficiente": "La intervención psicológica debería estar incluida en la atención primaria". Con él coincide Oriol Lafau, coordinador de salud mental de Baleares: "Se ha mejorado mucho, pero no tenemos todo lo que tendríamos que tener. Aún hay muchas cosas que hacer".

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