Hace un par de meses nacía Thai Emotion, un proyecto centrado en el servicio a domicilio de cocina thai impulsado por Emilio Carcur. Histórico del panorama gastronómico madrileño por haber traído a nuestro país la alta cocina tailandesa en el mítico Thai Garden, ahora abre bajo las cocinas de Thai Emotion Diamantes de Sal Rosa, un espacio privado súper exclusivo con una sola mesa para cuatro comensales (hasta ocho cuando las medidas sanitarias lo permitan).
Al final de una escalera de refinada madera, un espacio con luz tenue de unos 30 metros cuadrados, cuyo suelo es una alfombra de 1.000 kilos de sal rosa del Himalaya. Del techo del local cuelgan cristales también de sal, que reflejan la luz y generan un ambiente apacible y purificado de manera natural gracias a la emisión de iones negativos de tal cantidad de sales. Paredes de ladrillo visto, ornamentos thai de madera, orquídeas (por supuesto), y en el centro, una mesa vestida con elegancia e igualmente decorada con flores y sal. Actualmente, para cuatro comensales, que serán seis cuando las medidas sanitarias lo permitan, o como máximo, ocho. No más porque la idea es garantizar la exclusividad, la máxima privacidad y una experiencia única adaptada a las preferencias del cliente.
Así es Diamantes de Sal Rosa, el restaurante más pequeño de Madrid especializado en alta cocina tailandesa, que se esconde bajo las instalaciones de Thai Emotion, en la calle Eguilaz 13. En un momento en el que a la hostelería solo le queda reinventarse o morir este doble concepto que nace bajo la inspiración y dirección de Emilio Carcur parece de lo más acertado: por un lado, la base del negocio, es el delivery o take away de cocina asiática, un formato con demanda testada que la pandemia ha terminado de impulsar; y, por otro, un restaurante muy experiencial, concebido no para ser visto, sino para todo lo contrario y que, pese a ello y a su limitadísima capacidad, probablemente acumulará listas de espera y se convertirá en un place to be. ¿Quién no querría disfrutar de un restaurante abierto sólo para ti?
Como en el salón de casa
Un iPad sobre la mesa permite controlar la temperatura, la iluminación y la música del espacio. Una campana de estilo thai, llamar a los camareros (tailandeses, invisibles, ceremoniales, silenciosos), que solo acudirán ante ese sonido. Perfecto tanto para una cena romántica como para una discreta comida de negocios, aquí el objetivo es no molestar al cliente y amoldarse hasta el limite de lo posible a sus inquietudes. Desde cambiar platos del menú, en principio fijo y cerrado, hasta alargar la sobremesa sin más límite que los horarios impuestos por el toque de queda y sin que nadie del personal interrumpa la "fiesta". El objetivo, decíamos, es que el cliente disfrute de la privacidad que tendría en el salón de su casa, pero con un servicio de lujo.
Y, además, por un precio razonable que, eso sí, deberá abonarse para un mínimo de cuatro personas aunque vaya a haber menos comensales (la alternativa en este caso, es poder pedir para llevar los menús no consumidos el día de la reserva u otro día). El menú cuesta 52 euros por persona (sin bebidas) e incluye 13 pases.
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— Trystan Larasony Sun Mar 21 14:52:10 +0000 2021
Para empezar, dos aperitivos (Nua Sawa, finas tiras de carne seca y frita con hierbas aromáticas y ThaiTom Kha Kai, tradicional sopa de pollo con leche de coco, galanga, hojas de lima kaffir y citronella); cinco entrantes (Hoi Farang: Viera a la plancha con salsa de ostras y soja sobre champiñón relleno de carne de langostino; Pla Pan Rak: Brocheta de salmón marinado en salsa de soja, hojas de lima kaffir y granos de sésamo negro; Golden Bag: Pastelillos de pasta de trigo frito rellenos de carne de pollo, setas chinas, verduras y hierbas aromáticas; Thai. Kung Pang Sarong: Colas de langostinos rellenas de una preparación de carne de langostino y especias, y Laab Kai: ensalada de carne de pollo picada, aderezada de arroz tostado y molido, zumo de lima, chalotas, cilantro y guindillas rojas); tres platos principales acompañados de arroz al estilo Thai (Pla Muan Siam: Filetes de merluza con verduras, hierbas aromáticas y apio; Kai Kratiam: Finos filetes de pollo en tempura fritos con salsa de ostras y; Paneg Kai Sai Roti: Pollo al curry rojo estilo Paneng), y tres prostres (Mango fresco maduro con arroz glutinoso y leche de coco templada, Calabaza rellena de crema Custard de coco y Fondant de chocolat belge en mousse con coco rallado y ligero aroma a whisky de Meekong).
Un antecedente en la memoria
Para los hijos madrileños del baby boom hay un restaurante que siempre estará en su memoria colectiva y que forma parte de la historia gastronómica de la capital. Algunos celebraron allí su primera cita -llegó a etiquetarse como el restaurante más romántico de España-; otros descubrieron en sus mesas lo que era la comida thai y alucinaron con sus platos picantes; los más se fotografiaron entre sus orquídeas y cascadas y aprendieron cómo se saludaba a la thai, y entre todos hicieron de Thai Garden, que abrió sus puertas en 1995 en una Jorge Juan que aún no era lo que es hoy, un mito.
Detrás de aquella excentricidad, Emilio Carcur, un bon vivant de madre española y padre palestino, políglota, elegante, coqueto y con más vidas que un gato: "Fue el primer restaurante de cocina thai en España y Diamantes de Sal Rosa es su evolución como lo será el restaurante con más capacidad que abriremos próximamente en la calle Añastro", anticipa. "La belleza, el refinamiento y el respecto que forman parte indisoluble de la cultura tailandesa, guían todos mis negocios", añade a modo de declaración de intenciones.
Con los paladares actuales mucho más acostumbrados a los sabores asiáticos, la nueva andadura de Carcur parte de la experiencia de Thai Garden y mantiene una oferta basada en la excelencia que mima los detalles tanto en Diamantes de Sal como en el negocio de envío a domicilio. "Lujo asiático en casa", afirma sobre el delivery de Thay Emotion, que llega en caja de regalo, con pequeña orquidea incluida e información de los platos y de la gastronomía tailandesa. Los sabores, están a la altura de la imagen. Preparados por cocineros tailandeses, buscan la autenticidad aunque el cliente podrá modular el grado de picante si no se atreve con la propuesta del recetario original thai. Como se elaboran al memento, es recomendable hacer los pedidos con antelación, incluso un día antes para que puedan prepararse con el mimo que requieren.
¿Qué pedir? Existe un Menú por 42 euros/persona que incluye los platos más representativos de la cocina Thai. O organizar un surtido propio en el que no pueden faltar clásidos como los Pansib (empanadillas de verduras con cúrcuma y hierbas aromáticas, 2,2 euros la unidad), el Pak Tod (verduras rebozadas en tempura, 14 euros) los dumplings o dim-sum adaptados al gusto tailandés, como los de harina de arroz rellenos de carne de cerdo marinado en salsa roja (desde 2,4 euros unidad), los arroces y Pad Thai (recomendable el de langostinos y verduras, con brotes de soja, cacahuete y chile rojo seco molido, 18 euros), las ensaladas y, por supuesto, los currys que rememoran aquellas noches en Thai Garden. "Nuestra diferencia está en el detalle de lo que servimos y cómo lo servimos. Ya sea en el reservado o con el servicio a domicilio, queremos que el cliente sienta que ha viajado a Tailandia y sueñe", concluye.
Dirección: Calle Eguilaz 13 esquina Luchana 12. Teléfonos: 91 447 29 76/ 649 047 839. Cerrado Lunes y martes a mediodía. Tíquet medio: 50 euros.