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No solo de la Puerta del Sol vive Losada

Cada 31 de diciembre ocurre, reaparece año tras año el nombre de un leonés de Iruela, José Rodríguez Losada, El relojero Losada, pues él es el creador el reloj más famoso del país, el de la Puerta del Sol, cuyas campanadas marcan el paso de un año a otro, ante de miles de madrileños allí congregados, ante millones de españoles por todas las cadenas de televisión.Parece "condenado" el Relojero Losada a ser famoso por una noche y olvidado las otras 364 pues su obra, su importante obra, va mucho más allá de este reloj. Como parece condenado a que la ciudad de Madrid se olvide de la deuda de gratitud que con él tiene por el regalo; aunque si se la van a pagar como a Almudena Grandes igual es mejor que no salga del olvido.Sin embargo, en otro rincón de la ciudad sí hay un lugar en el que la figura del cabreirés sí es reivindicada y valorada, tanto como para colocarla en una exposición de los relojes más destacados elaborados en Europa entre los siglos XVII y XIX. Y con los del leonés se pueden ver y admirar verdaderas joyas diseñados y fabricados en Inglaterra, Suiza, Francia, Italia y Austria, y provienen de firmas como Jean-Charles Cahier, George Achard et fils, Ferdinand Berthoud, Charles Oudin, Breguet & Fils o el cabreirés José Rodríguez Losada.La muestra permanecerá abierta hasta el último día de este mes de enero y el lugar que la acoge es el Museo Nacional de Artes Decorativas, donde ya habían homenajeado al leonés haciendo de uno de sus relojes la pieza del mes.El encargado de seleccionar los relojes fue un gran estudioso de Losada, el joven investigador andaluz Pablo Bernal Sánchez, máster de Estudios Avanzados en Museos y Patrimonio Histórico-Artístico, UCM, quien está investigando algunos de los aspectos más desconocidos de la vida del cabreirés, del que se están desmontando muchas leyendas y mitos, como hace unos días contaba Isabel García Rodera, profesora y estudiosa de su paisano pues ella es natural de Iruela y desde su jubilación también vecina.Bernal recuerda que "Losada trabajó todo tipo de relojes, estimando un total de 6275, aunque solo se conocen alrededor de250. De su producción despuntan cronómetros, relojes de torre y relojes de bolsillo, especialmente los de tipo saboneta, como los conservados en el Museo Nacional de Artes Decorativas. Estos relojes reciben el nombre del vocablo francés savonette (pastilla de jabón pequeña) por su forma similar. Están compuestos por tres tapas abisagradas ensambladas en los cantos: la anterior funciona como guardapolvos, que se acciona con la corona, y las otras dos protegen a la maquinaria. También se caracterizan por un calibre especial, por un cristal fino en la esfera, y por la disposición del colgante y la corona sobre las tres".Un paso más en la reivindicación y la recuperación de los aspectos menos conocidos de la biografía y el trabajo de este singular personaje, del que escribe el citado investigador: "José Rodríguez Losada (1801-1870), relojero leonés del que apenas hay noticias hasta su llegada a Londres en 1830. Allí consigue trabajar en una relojería y perfeccionar su técnica. A mediados de siglo comienza su etapa más ilustre, recibiendo encargos de la Casa Real española y de la Armada, entre otros, y creando sucursales y sociedades en varias ciudades. En 1856 vuelve por primera vez a España, lo que repetiría en varias ocasiones a lo largo de su vida por sus numerosas citas comerciales, entre las que destaca la instalación del reloj de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid (1866). No obstante, a partir de 1865 decae su actividad debido a una enfermedad, falleciendo en 1870".Señalar que muchos de esos enigmas sobre su vida anterior a Londres se van resolviendo poco a poco, en buena parte gracias a los trabajos que‘nacen’ en León, como los de Francisco Javier Álvarez Prada o Marcelino González y que recogerá en un libro que tiene preparado Isabel García Rodera, infatigable en su reivindicación