La actual sede del Museo Nacional de Antropología fue inaugurada el 17 de septiembre de 1964, por lo que este viernes es su aniversario número 57.
Este museo tiene como labor investigar, conservar, exhibir y difundir colecciones arqueológicas y etnográficas.
Por su aniversario, te contamos sobre cinco joyas que resguarda.
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El Paraguas
Esta columna fue hecha por los hermanos Chávez Morado, mientras que el diseño se basó en el concepto y guion de Jaime Torres Bodet.
El paraguas está recubierto de bronce y tiene un relieve escultórico. Este enfatiza el entorno mediante la caída libre de agua.
La composición tiene como eje los cuatro puntos cardinales, cada uno con su respectiva interpretación sobre la integración y la proyección de México (vista este y oeste), así como la lucha del pueblo mexicano por su libertad (vista norte y sur).
El Estanque
En el Patio Central del recinto se encuentra un estanque ligado a la Sala Mexica; fue diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
Este estanque rememora el origen lacustre de la cultura mexica, por lo que en él se recrea el ecosistema del México antiguo con especies vegetales como la cola de caballo, el tule y el pasto acuático, según el Gobierno de México.
Apenas en noviembre de 2020, dicho espacio fue remodelado. Por primera vez en 56 años, el estanque fue sometido a un mantemiento mayor, aprovechando el confinamiento por la pandemia de COVID-19.
En él ahora hay un ajolotario con 158 ejemplares del anfibio. También hay seis mil charales y acociles.
La Piedra del Sol
Este monumento colosal sintetiza el conocimiento astronómico de la sociedad mexica.
El monolito fue localizado el 17 de diciembre de 1790 a un costado de la plaza mayor de la CDMX, y ahora se encuentra en la Sala Mexica del museo.
La piedra pesa 24.5 toneladas y su diámetro es de 3.6 metros. En el centro, el monolito tiene el rostro semidescarnado de Tonatiuh, Dios del Sol; su lengua está representada por un cuchillo, símbolo del sacrificio que exigía para alimentarse y renacer cada día por el oriente tras su viaje nocturno por el inframundo, según el Gobierno de México.
Coatlicue
La figura que representa a Coatlicue, diosa madre de la tierra según la cultura mexica, también se encuentra en este recinto. La deidad era madre de Huitzilopochtli, dios de los mexicas.
Se trata del monumento de una mujer decapitada y parcialmente desmenbrada. La pieza fue encontrada en 1790 en obras de remodelación de la plaza mayor de la entonces Nueva España; actualmente es parte de la colección arqueológica del museo.
La piedra de Tízoc
Se trata de un monolito cilíndrico de andesita; mide 265 centímetros de diámetro y 94 de altura. Pesa 9.5 toneladas.
En él están representadas 15 escenas en las que el vencedor es el rey Tízoc, un soberano mexica.En la escultura, el tlatoani Tízoc sostiene por los cabellos a 15 señores de distintos pueblos, como señal de conquista.
En la cara superior del monolito aparece la imagen labrada del Sol; de ahí se desprende un canal que atraviesa la piedra hasta el borde, describe el INAH.