La red 'daigou' de lujo llega al juzgado: "Nos obligan a ocultar clientes chinos" La red 'daigou' de lujo llega al juzgado: "Nos obligan a ocultar clientes chinos"

La trama derivada del fenómeno 'daigou', que consiste en comprar artículos, principalmente de lujo, fuera de China para venderlos a nuevos ricos del país asiático con un importante recargo aterriza en los juzgados españoles. El detonante ha sido la denuncia presentada por la responsable en tienda de una filial de Louis Vuitton (LVHM). Fue despedida por, supuestamente, negarse a vender estos productos a ciudadanos chinos. Versión oficial que, en cambio, se contradice con la existencia de una prohibición expresa -aunque no escrita- impuesta desde la cúpula europea de la compañía.

Según los hechos contrastados por La Información, la facturación de todas las marcas del grupo Louis Vuitton y Celine en particular, firma para la que trabajaba la afectada, proviene en gran medida de las ventas a personas de nacionalidad china. Y dentro de estas, una buena parte corresponden a transacciones con "re-sellers", encargados de comprar bolsos de lujo en Europa que luego venden en China. Se trata de un negocio muy lucrativo, dado que estos mismos artículos cuestan un 30% más de media allí, aunque evidentemente prohibido por las marcas.

Ahora bien, de cara a recuperar los ingresos perdidos durante la pandemia, Celine habría estado vendiendo directamente a empresas chinas el 'stock' de tiendas europeas, saltando de esta forma a los intermediarios. Para evitar que el distribuidor en China demandará a la filial europea ante la sospecha de estar cometiendo una actividad ilegal, el 12 de abril de 2021 se convocó una 'conference call' en la que participaron 35 personas, entre ellos todos los directores de tiendas de Europa.

En dicha conferencia se dieron órdenes directas de cómo proceder en las ventas a personas de nacionalidad china. Entre otras directrices, se pidió no vender ningún bolso de los más demandados por estos clientes -la línea 'Triomphe Canvas', con bolsos que cuestan un mínimo de 1.400 euros-, y más concretamente a los 'resellers'. De hecho tan sólo debía autorizarse la venta a clientes locales alegando una tensión en el 'stock'. Sólo en los supuestos en los que se amenazara con una reclamación podía incumplirse esta directriz.

La red 'daigou' de lujo llega al juzgado:

La empleada, que ejercía como 'store manager' del corner de Celine en El Corte Inglés de la Castellana (Madrid), se negó a cumplir con esta prohibición. Ante esta negativa, la empresa reaccionó abriendo un expediente disciplinario que, a las pocas semanas, derivó en la extinción de su contrato de trabajo aludiendo a faltas graves. Frente a esta versión, la litigante reclama que el despido debe ser declarado nulo al tratarse de un claro caso de represalia.

En base a estos antecedentes, este lunes tuvo lugar la celebración del primer juicio. Durante la sesión, varios empleados de la empresa acudieron a la primera instancia para declarar a favor de la que era su jefa. Llegaron a alegar que, pese a que oficialmente están prohibidas estas ventas, se siguen produciendo tras su marcha para captar a estos 'valiosos' clientes, claves en la facturación de muchas de estas marcas exclusivas.

Es más, aseguraron que en ocasiones son obligados a falsificar los datos de compra, incluyendo documentaciones que no corresponden al cliente. En un correo electrónico firmado por estos trabajadores, al que ha tenido acceso La Información y que ha sido remitido a los directivos de la empresa en Europa, se detalla cómo sigue funcionando esta trama china, en la que han presuntamente han participado también empleados de esta nacionalidad.

Estos señalan al director en funciones de la tienda como responsable de una situación muy grave que pasa por falsificar. "Tras el despido de nuestra manager se ha pedido a mi equipo que haga fichas falsas de clientes de Celine. El objetivo es ocultar que el 80% de nuestros clientes son de nacionalidad china y registrar esas ventas a nombre de clientes españoles (u otras nacionalidades) que no existen para que se cumpla el objetivo que nos han dado de que sólo 10% de nuestros clientes sean asiáticos", aseguran.

La reventa de productos de lujo en los países asiáticos, fundamentalmente China, movió en 2019, antes de la pandemia del coronavirus, 88.000 millones de euros, según la firma de investigación de márketing digital Nielsen, y pese a que es una práctica prohibida -está considerado un 'mercado gris'- se ha convertido en una oportunidad para algunas marcas de lujo de estar presentes en China y de paso disparar su facturación. En las tiendas exclusivas de París, Madrid o Milán estos artículos son más baratos que en Asia o no se pueden encontrar allí, de ahí su altísima demanda.

Pese a todo, esta praxis puede acabar generando más problemas que beneficios a la empresas -sobre todo reputacionales- y tras ella pueden producirse hecho delictivo como lavado dinero, como evidenció la operación 'Shopping' de la Policía Nacional, queun entramado en el que empresarios chinos usaban el método 'daigou' para sacar del país las cantidades que no tributaban. Lo hacían a través de la figura del llamado 'shopper', que normalmente son jóvenes que residen fuera de su país que se dedican a la venta online de productos de lujo que adquieren de forma masiva en establecimientos exclusivos, obteniendo a cambio una comisión por su labor de intermediarios.