Bienestar personal: ¿el nuevo lujo? Carlos Ruiz González

¿Planeación estratégica personal?

A menudo en estas líneas tratamos temas de estrategia de empresas, planeación o modelos de negocio. Casi siempre, pensando en la empresa o en la organización.

Habría que considerar que, a veces, aplicamos la estrategia o la planeación no solo a la empresa, sino también a nosotros mismos (como cuando hablamos de liderazgo, reflexionando sobre nuestras capacidades de liderar, un término que suena extraño, pero es el sancionado por la Academia Española). Estaremos entonces hablando de planeación estratégica aplicada a uno mismo.

Y a propósito de formular nuestra propia estrategia, ya en una columna anterior (EF 33/oct/21) al analizar los desafíos para 2022, señalábamos que estamos en un nuevo inicio. “La pandemia ha marcado un antes y un después en nuestras vidas. La gente se replanteará sus metas personales, de trabajo, de salud, de dinero, de vida… Viene una época de grandes cambios de hábitos y de pensamiento, ¡a reaprender, a adaptarse!”.

Mencionábamos que uno de los desafíos era precisamente que lo natural y saludable cobrarían relevancia, por ejemplo: producir los propios alimentos, meditar, hacer ejercicio y cuidar la alimentación son y serán temas predominantes. Ser más sano, comentábamos, será (o ya es) el ‘nuevo lujo’.

Este nuevo enfoque a nuestro modo de vivir, ¿fue provocado por la pandemia? ¡Por supuesto! Muchas veces el replanteamiento estratégico es provocado por un cambio fuerte en el entorno (y vaya que la pandemia fue un cambio fuerte), así que, ya que hablamos de planeación estratégica aplicada a uno mismo, reflexionemos sobre el significado del bienestar personal, ese ‘nuevo lujo’.

Un reciente estudio sobre el mercado del ‘bienestar’ publicado por McKinsey, me indujo a reflexionar sobre las categorías de dicho bienestar para entender qué significan, qué abarcan y si vale la pena considerarlas en nuestra planeación personal.

Según los estimados de McKinsey, se trata de un mercado de 1,500,000 millones de dólares. Leyó usted bien, un millón y medio de millones de dólares. A continuación, algunas reflexiones al respecto.

Mejor salud (health). Va más allá de la medicina y vitaminas al incluir dispositivos médicos, telemedicina y servicios de atención médica remotos, así como rastreadores de salud personal (ahora desde los relojes electrónicos).

Mejor estado físico (fitness). Aumentó el interés por mantenerse en forma, las ventas de aparatos para hacer ejercicio en casa aumentaron exponencialmente, puesto que muchas personas procuraron mantener los niveles de condición física que tenían antes de la pandemia. También hubo quienes tuvieron por primera vez tiempo para hacer ejercicio y, habiendo experimentado los beneficios que ello reporta, seguramente procurarán mantenerse así.

Mejor nutrición (nutrition). Siempre ha sido parte importante para sentirse bien, estar en forma y cuidar la salud, pero ahora los consumidores buscan alimentos que les ayuden a lograr sus objetivos de bienestar, además de ser sabrosos. Hay un incremento de la demanda de comida saludable y orgánica.

Mejor apariencia (appearance). Las personas buscan estar más cómodas, adquiriendo ropa más orientada al bienestar (en inglés: athleisure) pero a la vez elegante. También demandan productos de belleza (v. gr. cuidado de la piel y suplementos de colágeno) incluyendo también procedimientos estéticos no quirúrgicos.

Dormir mejor (sleep). Va más allá de los medicamentos tradicionales para dormir, como la melatonina, se trata de los rastreadores del sueño habilitados para aplicaciones (en celular, tableta o computadora) además de otros productos para mejorar el sueño.

Mejor atención plena (mindfulness). Buscando bienestar mental, dándose tiempo para meditar (con aplicaciones centradas en la meditación, con libros de autoayuda para meditar mejor y, para quienes profesan una religión, de temas religiosos). Esta categoría ha ganado la aceptación generalizada de muchas personas en relativamente poco tiempo.

Hacia un sentido trascendente de la vida

Al reflexionar sobre estas categorías, me vino a la mente el excelente libro del Dr. Alejandro Llano, La vida lograda (Editorial Ariel, Barcelona, España. 2002). Finalmente, el bienestar personal es fruto de una batalla personal de mejora continua, que conlleva la búsqueda de un sentido trascendente de nuestra vida.

Como explica Llano, una vida lograda es la de aquel que alcanza a dar lo mejor de sí mismo; en lo que va implícito que la felicidad no puede ser algo que ‘me pase’, sino algo en lo que yo, como ser libre, tome parte activamente, buscando ese bienestar personal.

Así que consideremos si debemos buscar este bienestar personal que nos hará estar más satisfechos con nosotros mismos, ser más productivos y eficaces en nuestras vidas, pero, sobretodo, tener una vida más equilibrada, más plena y de mejor calidad.

Decano del área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).