Cómo calcular el valor de una joya antigua desde casa

Joyería de segunda mano

Elvira Llopart

En el universo de la moda, en términos de durabilidad la última palabra la tiene la alta joyería. La pregunta es: ¿son las joyas para siempre? Quizás no todas, pero sí algunas. Mientras el textil ha estado siempre ligado al carácter volátil de las tendencias, la joyería lo ha estado al gusto por lo atemporal y eterno. Atemporal porque independientemente de la época puede vestirse en algún lugar del mundo; y eterno porque cuando termina una de sus vidas útiles empieza una nueva.

Los motivos que llevan a desprenderse de una obra de arte de orfebrería son diversos: un desapego emocional, un cambio de gustos o, incluso, una necesidad económica puntual. Pero siempre cuando llega el momento de vender surgen las dudas. ¿Tendrá la pieza salida en el mercado internacional o por el contrario se habrá depreciado con el paso de los años y habrá perdido toda su valía?

Guía práctica de tasación

Los indicadores están ahí, solo hay que saber detectarlos. Lo primero es fijarse en el estado de conservación. “Las joyas antiguas son piezas muy frágiles que dependiendo de cómo se hayan vivido pueden estar más o menos maltratadas”, afirma Rosa Tomàs, gemóloga de profesión y actualmente directora de Circa en Barcelona, compañía especializada en compraventa de joyería de alta gama.

Cómo calcular el valor de una joya antigua desde casa

Otro factor en el que detenerse es en la manipulación. Siempre que la pieza haya vivido un proceso de cambio en algún sentido baja automáticamente un escalón en el rango de precio. Por ejemplo, un colgante de la bisabuela que se ha llevado al joyero para añadirle un toque personal y moderno posiblemente ya no se venderá por el mismo precio. Según Tomàs, “lo esencial es mantener la joya en su estado inicial” y, por ello, juega muy a favor conservar el estuche original de la pieza.

Un 30% del total de las compras por valor de Circa pertenecen a la categoría de diamantes

La calidad de los materiales, el oro, la plata, los metales preciosos, y, por supuesto, diamantes u otras gemas marcan una clara diferencia. La experta apunta que, según su experiencia, el error más habitual es confundir un diamante de talla antigua con una circonita, porque resulta que aunque no brilla con la misma fuerza está mucho más demandado en el mercado.

Sean de talla antigua o moderna, un 30% del total de las compras por valor de Circa pertenecen a la categoría de diamantes, según indican desde la compañía americana. En los diamantes y el resto de joyas antiguas ante todo prima la firma. El sello de calidad. Evidentemente no es lo mismo una colección firmada por Masriera que por una casa anónima.

Si lo dividimos por producto, actualmente los más comercializados son los pendientes. Un pendiente con un buen movimiento, grande, en buen estado y además que vaya dentro del estuche original tiene un público extenso y se vende rápidamente. Así lo señala Tomàs matizando, sin embargo, que llegan a tasar muchos más artículos desfasados como agujas, dado que ya no se visten.

Desde casa, la joya puede pasar un primer filtro pero Tomàs aconseja traerla a las oficinas de Circa para valorarla en directo, incluso cuando no está la intención de vender. “Yo animo a todo el mundo a darnos la oportunidad por lo menos de ver las joyas y analizarlas”. La pasión de la gemóloga por el oficio se percibe cuando asegura que cualquier pieza con alguna particularidad merece su momento de protagonismo y atención: “precisamente a los que nos gusta la joya antigua de lo que escapamos es de lo estándar”.

20/03/2023

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