Este PP está muerto y no lo sabe

El del PP es un espectáculo triste. Aunque muchos de sus militantes y votantes están ya convencidos de que sólo la derrota del PP de Rajoy y Gallardón puede permitir, con suerte y tiempo, la recomposición de la derecha política española, que, por lo visto, ni quiere parecer española (véase su deserción lingüística en Cataluña) ni hacer política, no sea que se enfade la izquierda y vaya a votar, que es lo único que temen en Génova 13, es triste ver a un partido que representa, aunque no quiera, a media España, ofrecer el espectáculo penoso de su gimoteo y sus dudas tras la última fechoría electoral garzonita.

Si hubiera un líder en el PP, que no lo hay y se nota horrores, habría decidido si en el caso de la red de comisionistas de Boadilla empapelados por Garzón se defiende a los acusados o se depuran responsabilidades. Una de las dos cosas. Pero Mariano, como era de esperar, no ha hecho ninguna, no ha decidido nada, este es el momento en que no ha dicho una palabra. González Pons y Cospedal han lloriqueado un poco, se han quejado amargamente de que los quieren "eliminar" de la política. ¡Pobrecitos! ¡Qué pena! ¿Pero no habíamos quedado en que tras el congreso búlgaro de Valencia se os iba a querer mucho y a atacar poco? ¿Pero no estabais felices porque a Mariano ya apenas lo odiaban, aunque lo votasen menos? ¿Realmente os habíais creído que el PSOE iba a dejar que le birlaseis la merienda del Poder, adormecidos por el sopor de su disfrute? Sois de una majadería oceánica. Sois tontos hasta almorzar y después todo el día. Sois un desastre, una calamidad, una ruina para la Nación y hasta para vosotros mismos. Si no ganáis las elecciones gallegas y tenéis un mínimo de decoro, el mismo 1 de Marzo por la noche deberíais estar convocando un congreso extraordinario antes de que en las europeas os llevéis una costalada, un castañazo como no se ve desde tiempos de UCD.

No, no creo que lo hagáis porque como habéis acreditado sobradamente con María San Gil, Sirera y Esperanza Aguirre, sois malignos sin llegar a diabólicos y rastreros sin atreveros a resultar criminales. Estáis muertos y no os habéis dado cuenta. Pero ya no tenéis que preocuparos por nuestra cercanía. Muchos no iremos a vuestro entierro.